Servicio 2 de julio 2023 corazón esmeralda de África y preparación del 777

     Como ya me habían avisado y entrenado para ello, fui la parte que constituyó, con mucha asistencia, el tejido para sostener en pureza, luz y amor que nos sostuviera mientras cada miembro realizaba la parte que su maestría guiaba como una pieza de engranaje y sin que tuviéramos que preocuparnos por el movimiento de egrégores que estaban obstaculizando ese hermoso poro de Gaia y corazón esmeralda.

     Estuve varios días preparando mi campo para que sostuviera todo el proceso y el tejido, también el lugar, se terminó de asentar a lo largo del día con muchas técnicas. 

   Estaba suspendida sobre las aguas, como un enorme ser, que estaba entre canal de las aguas oceánicas de la Tierra y de la Madre Cósmica (estuve muy asistida por ella, la ballena cósmica y fractales del divino femenino).

   Me habían avisado de que en esta ocasión era preciso que iniciáramos por zoom para canalizar una sintonización y hacer una rápida constelación cuántica con asistencia de Kryon a fin de que la

frecuencia se elevara, que el movimiento de los egrégores no arrastrara a nadie y que cada miembro llevara a cabo su labor desde la conexión con la alegría y pureza de los niños estelares. De manera que, acompañadas de la energía del monocorde en do# de Jacomina,  (los etéricos de la naturaleza, especialmente hadas y elfos ya estaban preparados) que es lo que nos aconsejó Gaia para sintonizar con su corazón y nuestro ser supremo, hicimos la convocatoria a seres de luz (un recordatorio para cada miembro y el grupo, pues ya estaban convocados con toda la preparación previa y en hermandad), con mención especial a los dragones, unicornios pegaso, pleyadianos, cetáceos, Kryon y misma Gaia. Configuramos la conexión con nuestra propia estrella y empezamos a constelar con cuatro portales de luz sostenidos por Kryon: el reconocimiento, la purificación con la energía del unicornio, corazón supremo y la activación de nuestro ser cristal interno.

 

    Tras esto, cada miembro del grupo sintonizó y ancló con un ecosistema que sostuviera, anclara y potenciara. Aquellas con conocimientos chamánicos que sentimos fusionaros con la frecuencia de algún ser de luz o animal de poder, lo hicimos. En mi caso, que me tienen muy entrenada y como iba a sostener todo el entramado y el proceso, además del acompañamiento en círculo, me fusioné con la frecuencia de treinta y dos seres para que les resultara más fácil emanar dichas frecuencias en el plano físico y a mí sostener. Trece parejas sagradas en su frecuencia de niños sabios para anclar el júbilo y la pureza además de la danza sagrada de la unión divina y otras tres parejas en forma adulta colocados en geometría sagrada de la armonía de la esencia masculina y femenina.

     Y cada uno, conectados entre nosotros, comenzó su propia parte de la sinfonía.

      En mi caso, suelo desdoblarme. Uno de mis avatares enorme sostenía todo e iba dirigiendo energía y seres de luz allí donde se necesitara apoyo. Por ejemplo, uno de mis unicornios pegaso de color blanco platino fue a asistir a una de las compañeras para fortalecer su anclaje de pureza y alegría; igual que uno de mis compañeros dragones, un hermoso y poderoso ejemplar verde, que sutilmente, acompañó para sostener el masculino y para proteger su campo; o mi dragona sacerdotisa amatista que acompañó a una de las mujeres que estaba anclada en el Machupichu para guiarla en un ritual desde la suavidad y sutileza de la frecuencia de las flores; o las ballenas (sí, y otros cetáceos, jejeje) para transmitir la serenidad y la alegría. Me encantan estas colaboraciones. Así pude ver cómo uno de los animales de poder  de una compañera, sosteniendo el masculino, abrazaba el territorio en un momento determinado de la sintonización.

Otro de mis avatares iba de un lado a otro (gran parte era la frecuencia hiperactivamente alegre de mi niña estelar), otro iba haciendo activaciones y otro iba custodiando que las sombras se transformaran en luz o fueran a la luz por un portal de Kryon.

      Tenía muchas técnicas encargadas. Primero hicimos constelación cuántica de Kryon del camino del tres 

(la tercera respiración de la Madre en el universo, el corazón supremo), mientras una compañera se encargaba de sostener el entramado pleyadiano de la energía masculina y femenina (que ancla esas frecuencias en su esencia armónica). Todo sostenido, entre otros, por la sabiduría jubilosa de Júpiter y todos las parejas de niños con los que me había fusionado y emanaba. Activamos primero el portal y cámara de luz del corazón supremo en la zona y al terminar -siempre trabajo con la compañía de música, más mis cantos, surgió el Aleluya. Después activamos la frecuencia de luz tanto de Aries como de capricornio. Los dos portales siguientes son muy interesantes por varias cuestiones. La primera es que nos las habían hecho constelar antes para subir la frecuencia y poder sostener los cambios (a mí me lo hicieron el día anterior y ya lo emané por la rejilla). La segunda, porque el portal del reconocimiento hubo de hacerse desde la frecuencia del masculino a un femenino avasallado como es la tierra de la RD del Congo (la frecuencia de egregor era, entre otros, de violaciones y abusos); un masculino sostenido desde el sol del Machupichu. Ahí noté que mi pareja sagrada se desdoblaba para asistir a las personas que estaban ancladas allí, conectaba con ese masculino sostenido por el Machupichu, me ponía la mano en la espalda a la altura del corazón y yo transmitía el código de luz que recibía la zona para liberarse. Además, al activar el portal kryoniano de la purificación mediante energía de los unicornios, las frecuencias de los unicornios pegaso y esas parejas de niños empezaron a girar en torno al lugar, alrededor del portal, anclando el juego y la alegría junto algunas de las niñas estelares de quienes estábamos haciendo el servicio. Se formó un hermoso campo de luz. La tercera cuestión es que esta dos claves son la principal esencia del lugar, que había de volver a anclar en Gaia y emanar por toda la rejilla, pues es la matriarca que nutre al resto desde, principalmente, esa frecuencia. Al hacerlo, al poder mostrarse, emanaba la sabiduría custodiada. Y justo el equipo estaba formado por el treinta y nueve: purificación mediante la energía del unicornio según Kryon (la conciencia guardiana de la red y tejido magnético por donde transita la energía del amor como la fuerza más poderosa del universo).

     A continuación, viendo que empezaba a sostener el báculo de su poder el territorio, se consteló la frecuencia de la esencia cristal, muy acompañada por los niños y su pureza y alegría.

     Aunque se terminaba el camino del tres (la frecuencia del tercer desdoblamiento de la Madre Divina o esencia femenina primigenia), se habían pedido dos más: la activación de la frecuencia de Leo, para su propia autoexistencia, y regreso al hogar. Es lógico que se anclara esta frecuencia de integración y unidad pues es justo la que se está trabajando este año siete, integración y vuelta a nuestro niño de las estrellas. Es curioso que se represente con un unicornio pegaso montado por una niña sabia, pues fueron los que potenciaron y anclaron durante toda  la sesión esa energía de pureza, alegría y unidad. Jajajaja, sí, junto a los cetáceos (los tengo aquí insistiendo con su alegría).

    Tras esto, tocaba otras herramientas: trabajo con la frecuencia esmeralda con dos símbolos: el entramado esmeralda y la brújula de ruta de vida (centro del corazón cristal).  El primero se puso a girar rápido, limpiando y entregando...recordando el entramado, las membranas. Los destellos primero fueron hacia adentro, como al corazón, antes de poder brillar. Fue encendiendo su luz esmeralda. Se empezó a configurar una esfera brillante que iba creciendo. Fue cambiando la dirección de dentro hacha afuera para poder emanar hasta que se formó la figura completa con esos rayos de expansión de frecuencia esmeralda que fue entregando. En ese momento, el lugar suelta y expande códigos de sabiduría  a borbotones hacia abajo a la tierra, al cielo y a la red planetaria para todos los seres. Ocurren conexiones con red esmeralda, pues el nodo se ha fortalecido. El lugar y la guardiana agradecen. Todo el proceso se realiza desde el gozo, el júbilo, el juego...frecuencias sostenidas principalmente por las hadas y los niños.

    El siguiente código esmeralda empezaba a activarse, recalibrando información, la esencia. Veía una especie de aguja como las de las brújulas buscando la dirección. En ese momento, las ballenas ayudan a conectar con el magnetismo y el símbolo se activa totalmente.

    Mientras todo esto va pasando (y no cuento ni la mitad), el resto de los miembros siguen con su parte, muy conectado el trabajo de unos con los otros.  Además , los egrégores se movían, pero iban iluminándose gracias a esa energía de amor y alegría, de juego. Solamente hubo un momento que mi gran avatar notó

que una parte salía de ese círculo, de esa membrana (lo que me pareció extraño, porque estaba muy sostenido). Vi que iba hacia Argentina y mandé a uno de mis fractales allí. Sentí (ya lo había visto en el trabajo con Tucumán, que había una resonancia de egregor) que era alguien fuera del círculo. Ahí estuvimos trabajando con los pleyadianos, especialmente. Luego me enteré de que una mujer, fuera del círculo, en vez de hacer de tótem, de pilar, había querido hacer y, sin querer, había llamado a esa parte (pequeña). Realmente fue para darnos cuenta -sea entendido o no- de la importancia de hacer esa membrana para el círculo de trabajo en la que nos encontrábamos en un lugar seguro para anclar nuestra esencia, como en un útero, una matriz gestante.

   Después, debía activar el algoritmo mediante ingeniería avatárica. Durante varios días esto estuvo en duda: en primer lugar, si se podía hacer y sostener por la sociedad (tuvimos que esperar a unos movimientos energéticos); luego, cuando se confirmó que sí había de activarse antes del 777 , en principio, las líneas temporales se movían entre otra compañera y yo; al final, me comunicaron que lo hiciera y ella avisó que iba a sostener desde la presencia. Al realizar esta técnica, siempre me surge dibujar la figura, que me ofrece mucha información. Y me pareció curioso, porque se parece a Hathor (que era uno de los avatares de la Madre Cósmica presentes y yo estaba fusionada con su versión niña) y porque una compañera y yo la habíamos estado viendo días antes cuando ya se estaba haciendo todo el entramado. En el dibujo ya notaba parte de los registros en sombra: enfado y la sensación de denigración, principalmente. Al hacer el mapeo para rastrear la zona corporal donde había habido el cortocircuito, la atención iba al pecho, el abdomen más el órgano uterino, especialmente la vagina, que se sentía sucia, perpetrada. Ya se había liberado mucho. Y con esta técnica se continuó. Ese pecho ya podía expandir su nutrición desde el amor, desde su soberanía, desde su sol, embarazada de todos esos códigos brillantes, fecunda y abundante.

 Ya en la recta final, todo se iba calmando con la caricia y ternura de símbolos y técnicas de Casiopea, junto a la enorme conexión y apoyo nutricio de la Madre cósmica. También, mucho trabajo constante de las aguas, del fluir de la limpieza suave y de la hidratación, de la conexión con la frecuencia de las aguas cósmicas.

   Y todo esto empezó a extenderse por todo el planeta, una enorme red de nutrición.

<<Brilla con tu luz>>

    Y, en círculo todos, nos pusimos a cantar el Padre Nuestro en arameo con esa bella energía amorosa del masculino de Sananda mientras se emanaban códigos hacia el corazón de Gaia, por la tierra y por la rejilla planetaria. 

     Es hora de estar en nuestra presencia, de anclar nuestra esencia.

    Se cerró con tejido mediante música de hangpad. Se recomienda escuchar en estado de recepción y con auriculares para recibir la frecuencia de luz anclada en este trabajo que abre el del 777.