Durante tiempo, y acelerado desde mayo de 2023, se vienen preparando ensamblajes del entramado en diversas capas, trayendo de lo sutil a lo más cercano. Hoy es momento de activación de aquellos pioneros que vienen a ser pilares de luz para asentar el tejido. Hace unos meses, tras un símbolo de las cosechas que nos hacía recordar que el momento ya ha llegado para unirnos -seamos conscientes o no-, en uno de los servicios planetarios, se nos pidió que hiciéramos llegar la energía de pureza y esencia cristalina, que formáramos entramado detectando todos los corazones del planeta que tiene en su cristal de luz activo (aquellos que en otros tiempos desdoblamos el tiempo para dejarnos información), que fortaleciéramos esos cristales en su luz, para que anclaran su pilar, sabiduría y dones y se unieran todos en red de luz.
Fue hermoso detectar aquellos en todas en el mundo y unirnos en red de luz. En ese momento, empezó otro ciclo para asentar en la Tierra ese plan de unidad. Sin embargo, en todo este trabajo que cada uno de nosotros tenemos de bifurcaciones de decisiones en seguir lo mismo que hizo caer en conciencia el femenino (Lemuria) y al masculino (Atlántida) o conectar con la unidad y traer la sabiduría y dones, están repitiéndose situaciones antiguas. Aunque ciertos pilares humanos están uniéndose entre sí en el tejido de luz (consciente o inconscientemente), encendiendo sus cristales del corazón y potenciando, convocando a otros, siendo canal y sostén de la luz, anclaje; otros que habrían de haberlo sido han vuelto a caer en conciencia, en seducción de la sombra oculta bajo máscara de lobo tal como les había sucedido en Lemuria y/o Atlántida. Han entrado en red de sombra y están -muchos sin saberlo-implantando a otros. Es época de discernimiento: elige realmente la luz o se vuelve a trabajar y ser canal, herramienta para la oscuridad, que está muy activa, pues justo estamos uniendo pilares de luz (pocos, pero cada vez más fuertes en aceptación de propios dones y ponerlos al servicio, dando luz a las propias sombras, transmutando registros que estaban atorando a Gaia).
Es un momento en qué estamos encendiendo nodos y cristales planetarios, uniendo, a petición de Gaia; pero en esta tarea también se mete la sombra con la seducción de hacer el bien; si la persona no se auto mira conscientemente, se vuelve gris y a convertirse en herramienta y portal de oscuridad. De esta manera, Gaia nos avisa cuando ciertos grupos, con la excusa de encender cristales o nodos (que ya se han activado, por otra parte), están usados para implantarlos, bloquearlos o destruirlos.
Hay que recordar que, en la caída de consciencia de Atlántida, cegados por el poder, facciones hicieron pactos y abrieron portales oscuros para otros seres que los sedujeron. Unos sabían lo que había y a su vez manipularon a otros para que lo siguieran, creando red de implantación y dominio oscuro en que se convirtieron en marionetas. Se hizo, desde ese momento, una persecución a aquellos que guardaban sabiduría e información valiosa que no había de llegar a manos de esos seres. Se crearon redes, se escondieron nodos, sabiduría en cristales tanto en las entrañas de la Tierra como en corazones de guardianes que iban reencarnándose una y otra vez custodiando esa frecuencia y huyendo hasta que fuera el momento de volverse a unir. Y el momento ha llegado. Algunos se han conectado, otros han vuelto a caer en implantar y desconecta a otros, los convierten en seres grises,, en portales oscuros y espías.
Sin embargo, todas las hermandades se están uniendo con aquellos nodos humanos que sí están poniéndose en pilar y tejiéndose entre sí, anclando la siguiente fase del proyecto de unión que se generó en Pléyades.
La Gran Madre Divina nos está convocando a sus brazos, aunque haya quien se separe consciente o inconscientemente. Se está emanando la fuerza desde diferentes planos para que hagamos transmutación, anclaje, para que recibamos y nos llenemos de luz, y desde nuestra música y fragancia la emanemos en la Tierra. Somos postes, pilares, columnas que unen cielo y tierra, la luz en la materia, la unidad en nosotros mismos y en el tejido que formamos de corazón a corazón, activo en la medida que sea base para que guardianes de diversas hermandades activen cristales y nodos y se unan al tejido.
Tras tanto tiempo de falta de unión, parte del tejido humano, con representantes en diferentes partes del mundo, pero conectados por corazón y recuerdo más o menos conscientes del plan, estamos configurando encendiendo y fortaleciendo el tejido de la antimateria a la materia. No somos tantos, pero muy poderosos -con mucha experiencia y entrenamiento detrás- y haciendo un anclaje en toda la red para que se vaya expandiendo (lo que tardará mucho tiempo desde nuestro punto de vista humano). Estamos en el inicio de la transición, y unos pioneros ya se han encendido -aunque otros se han perdido y apagado en el camino- y como nos encendemos en unidad, la sombra, considerándose amenazada, está más activa. Es tiempo de discernir, de abrir el corazón.
En este año ocho, de anclaje de la pareja sagrada interna y continuación de la reconciliación de la frecuencia femenina y masculina, de la sabiduría lemuriana y atlante, mediante la energía esencial femenina de apertura del corazón y el fluir del tejido de la existencia de la Gran Madre; el 22 del dos de 2024 es importante (aunque hay muchos portales durante este año y los está habiendo mucho más poderosos, pero para muchos están pasando desapercibidos). Hoy se da la unión de la representación femenina y masculino de los astros: Venus y Marte. Es también la repetición trina del dos, el discernimiento y apertura del tercer ojo. Lo que no es verdad, lo que no forma parte de la verdad divina, de la unidad y el amor, cae en uno mismo, suave si se acepta y doloroso si se rechaza. Como es un ocho, se presenta discernimiento de uno mismo en su polaridad femenina y la masculina, las propias caídas de conciencia y luz; las vidas en el que el femenino se ha rechazado a sí mismo y al masculino, no dejándole lugar y victimizándose… recomendable oír con atención los audios sobre la caída de Lemuria y Atlántida). discernimiento en la relación con otros. acuario nos dice que lo hagamos dentro del fluir gozoso de la existencia, como un niño sabio que vuela en alfombra mágica o Pegaso y toca con su varita y risa de luz todo, dándole luz a todo, conteniendo el amor las aguas emocionales para que éstas se enciendan en fractales de las aguas primigenias del océano cósmico de la gran madre divina, unas aguas amnióticas nutricias.
Sin embargo, lo más importante es que es día de frecuencia del cinco, el número de la humanidad en su esencia de luz, no la forma corrompida. la misión de la humanidad es de gran importancia, pues tiene la capacidad alquímica e integradora. En su cuerpo físico puede unir la luz; puede transmutar en luz todas las memorias de las treinta y tres razas que lo forman, alquimizando memorias galácticas de separación a luz. Además tiene la capacidad de traer en su cuerpo y anclar en Gaia toda la sabiduría y dones de su viaje cósmico. Hoy la humanidad y todos los voluntarios para encarnarse en ella son la siguiente fase del proyecto de unificación y reparación del tejido. Hola y hoy 22 del 2 de 2024 se da un paso más a la materialización de ese engranaje de tejido humano (junto a otras hermandades que nos esperaban pues es labor humana) que está encendiendo como pilares o postes eléctricos, comunicados entre sí consciente e inconscientemente y que es un canal de la Fuente a Gaia. Una facción de una enorme orquesta que ya se está afinando y que permite que otros lo vayan haciendo, que se vayan sumando.
De modo que hoy es un buen momento para sentarse en meditación o en compañía de otros, el corazón y visualizarse como un pilar de luz, para que se depure el propio entramado y vaya llegando la propia luz a fin de unirse al tejido humano de los que ya están en misión conjunta. Cuántos más seamos más se fortalece el corazón de Gaia y más sencillo será evitar distorsiones e interrupciones de los propios perfiles en sombra o de grupos que ya están colaborando y anclando oscuridad. abramos el corazón a la luz. Y primero reconozcamos nuestras propias sombras y ofrezcámosles ternura. Así aceptamos nuestra propia luz. Es hora de decirnos sí a la luz, a la sabiduría, a los dones, hoy a formar parte del tejido de la gran madre de su abundancia y amor y transmitirlo aquí, en este hermoso planeta que nos acoge y con el que colaboramos.
Sé flor del jardín de Gaia, y transmite tu aroma junto al resto, formando un arcoiris de fragancias.
Feliz ensamblaje.
Patricia Wiiiiiiiiiiiiii. Computadora Cóosmica.
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